Ahora resulta que, ahogado el niño, quieren tapar el pozo.
Por alguna extraña razón hay dos "grandes" de la economía que se ponen de acuerdo, a sólo unos días de que tome el poder -si lo dejan- el partido que está a favor de las políticas neoliberales en su máxima potencia, y vienen a méxico a dar información y hacernos re-pensar las decisiones que se tomarán en torno a la economía.
Por un Lado, el banco Mundial diciendo que lo bonito del TLCAN ya acabó para México, y por el otro lado, el Nobel de Economía del 2001 hablando sobre las privatizaciones y actividades políticas inequitativas del FMI.
Nada de esto es novedad, pero que casualidad que en esto momento es cuando salen a la luz pública, aunque sea sólo en La Jornada. Pareciera que le echan leña al fuego.
He aquí las notas:
Plantea profundizar la integración con Estados Unidos en el terreno energético
El TLCAN no es opción de crecimiento para México, considera Banco Mundial
Proponen vicepresidentes del organismo impulsar reformas para elevar competitividad
ROBERTO GONZALEZ AMADOR
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) no es una opción de crecimiento para México, afirmó este martes el Banco Mundial. "Ya se le acabó lo bonito al TLCAN; los objetivos que se podían lograr con ese acuerdo ya se alcanzaron y hay que repensar la situación", sostuvo Danny Leipziger, vicepresidente y jefe de la red de reducción de la pobreza del organismo multilateral.
Mientras en México la opción del gobierno federal es profundizar la integración con Estados Unidos como se ha planteado en el terreno energético Leipziger dijo que "México ya no debe concentrarse tanto en Estados Unidos".
En tanto, Francois Bourgignon, también vicepresidente y economista en jefe del Banco Mundial, recomendó al próximo gobierno "impulsar poco a poco" reformas que aumenten la competitividad de la economía y generen mayor crecimiento. "Como no se puede hacer todo al mismo tiempo, se deben elegir prioridades", añadió.
Ambos directivos participaron ayer en la segunda y última jornada de la conferencia internacional "Equidad y competencia para un alto crecimiento en México", organizada por el Banco Mundial y el Centro David Rockefeller de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Harvard.
En el mismo foro, Stephen Haber, especialista en desarrollo económico de la Universidad de Stanford, planteó que la economía mexicana ha crecido de forma muy deficiente desde la entrada en vigor, en enero de 1994, del TLCAN, un acuerdo entre México, Estados Unidos y Canadá, que liberalizó el comercio y las inversiones.
Entre 1994 y 2005, abundó Haber, el crecimiento del producto interno bruto (PIB) real per cápita sólo fue en promedio de 1.3 por ciento al año, "tasa lenta con respecto a cualquier medida de comparación".
Añadió que en el periodo del TLCAN la tasa de crecimiento de México fue 38 por ciento más lenta que la de países comparables, de ingresos medios y en desarrollo, que repuntaron 2.1 por ciento al año; 43 por ciento más lenta que la de Estados Unidos (que fue de 2.3 por ciento al año) y 54 por ciento más lenta que la del mismo México entre 1950 y 1980 (de 2.8 por ciento por año).
"También resultó lenta comparada con la tasa de crecimiento que habría sido necesaria para dar empleo a los cerca de un millón de nuevos participantes cada año en el mercado laboral mexicano. Más de la mitad de estos nuevos trabajadores no encontró empleo en México. En su lugar, emigraron hacia Estados Unidos", comentó Haber.
En el foro, Leipziger planteó la duda sobre la conveniencia para México de seguir concentrando el comercio, y la actividad económica y financiera en general, con Estados Unidos.
"La productividad en las maquiladoras (asentadas en México) se ha estancado. Si a esto se añade la concentración de exportaciones hacia Estados Unidos (85 por ciento del comercio exterior de México se realiza con ese país), los beneficios del TLCAN se han visto reducidos", dijo Leipziger.
En este sentido, abundó, México no debe concentrarse tanto en Estados Unidos. Incluso, mencionó, existen experiencias como las de España y Portugal, que al momento de integrarse a la Unión Europea asumieron como política que por lo menos una cuarta parte de sus exportaciones se realizaran con naciones fuera del bloque comunitario.
"Se debe integrar a la gente al crecimiento, porque con tasas de aumento de 2 a 3 por ciento del PIB al año como las registradas en los últimos años no habrá avances en reducción de la pobreza y otros países rebasarán a México. El gobierno mexicano debe pensar lo que se está haciendo en otro países", apuntó.
Por su parte, Francois Bourgignon, vicepresidente y economista en jefe del Banco Mundial, manifestó que la inequidad persistente en México, atribuida en parte por el organismo a la existencia de monopolios y grupos de poder corporativo que lastran el crecimiento, ya está diagnosticada, por lo que se requiere ahora una estrategia para solucionar este problema.
Es importante pasar del nivel de diagnóstico a una estrategia de reforma; una vez definida la agenda, debe ser comunicada apropiadamente porque cuesta trabajo convencer al público de la necesidad de cambios, planteó. Se debe, dijo, elegir prioridades, cuál reforma primero y cuál después "porque no se puede combatir en varios frentes".
(fuente:
http://www.jornada.unam.mx/2006/11/29/index.php?section=economia&article=033n1eco)
Para crecer y reducir la desigualdad México debe evitar las políticas del FMI
Más impuestos a monopolios, no al pueblo, plantea el Nobel Stiglitz
Cobrar IVA en alimentos y medicinas genera mayor desigualdad y afecta a la clase trabajadora, dice
Los tratados de libre comercio son malos para países en desarrollo;
no son libres ni justos
JUAN CARLOS G. PARTIDA CORRESPONSAL
El premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, en la FIL Foto: Arturo Campos Cedillo
Guadalajara, Jal., 28 de noviembre. El premio Nobel de Economía 2001, Joseph Stiglitz (Indiana, EU, 1943), vino a Guadalajara a echar por tierra el modelo neoliberal que ha seguido México en los últimos 25 años, y sugirió que si el país quiere crecer y disminuir la inequidad en el reparto de su riqueza, debe evitar seguir las políticas públicas que impone el Fondo Monetario Internacional (FMI) a los países en vías de desarrollo, las cuales han demostrado su ineficacia en todo el mundo.
Propuso además que a cambio de gravar al pueblo con más impuestos, se aumente el cobro a los monopolios y oligopolios; también que se busque disminuir la dependencia económica con Estados Unidos, y se evalúe qué tanto ha servido la firma de un tratado de libre comercio con ese país, pues ahora la brecha entre pobres y ricos en México se ha acentuado.
''Si las políticas públicas que impulse el nuevo gobierno (de Felipe Calderón) se acercan a las que promueve el FMI, las expectativas no son muy favorables. Veo como alternativa que se incremente el nivel de recaudación fiscal en el país si se ponen impuestos a los monopolios y oligopolios, en lugar de promover un incremento al IVA en medicinas y alimentos; el pasado muestra que los países que siguieron esas políticas públicas puntualmente no obtuvieron elevadas tasas de crecimiento, lo que sí sucedió con los que no siguieron esas políticas del FMI'', dijo el también catedrático de la Columbia University en Nueva York y ex presidente del Consejo de Asesores Económicos en la administración del presidente Bill Clinton.
Stiglitz afirmó que uno de los problemas graves de México es el elevado nivel de desigualdad en la distribución del ingreso, el cual a su vez podría generar mayores conflictos en lo político y social, un problema al que el FMI ''no se ha caracterizado por proponer políticas públicas'' para atenderlo.
''Un elemento adicional se refiere a la política industrial, que tampoco el FMI promueve; sin embargo, los países que han crecido sí han seguido políticas de desarrollo industrial. Si el próximo gobierno sigue los lineamientos del FMI en cuanto a que no haya política industrial, esto tendrá un impacto adicional en los niveles de crecimiento del país'', agregó.
En rueda de prensa posterior a su participación en el foro de economía que se desarrolla en la Feria Internacional del Libro, donde dictó la conferencia magistral ''Haciendo que la globalización funcione'' igual título de su reciente libro, Stiglitz reconoció que ciertamente hay ejemplos de políticas industriales que han resultado un fracaso, y el FMI es muy efectivo en recordarlos, pero ''lo importante es concentrarse en los casos exitosos''
¿Reformas o contrarreformas?
Cuestionado sobre las reformas que se gestan para la próxima administración federal mexicana en materia de impuestos, laboral y energética, el economista cambió las recetas sugeridas por gobiernos de Acción Nacional.
De la posibilidad de cobrar IVA en alimentos y medicamentos, afirmó que no es un impuesto eficiente ni justo en la distribución de la riqueza, pues a diferencia de Europa, donde la recaudación de tal gravamen es para todos los sectores de la economía, en los países en vías de desarrollo está focalizado en ciertos sectores.
''No es un impuesto que promueva la equidad porque le cobra lo mismo a todos los individuos, independientemente de sus ingresos, y uno de los principios económicos es la proporcionalidad que busca la distribución. Esto es todavía más grave en países con alto nivel de desigualdad en la distribución del ingreso, como México. Por lo mismo, cobrar impuestos de manera desproporcionada también genera mayores dinámicas de inequidad.
''En la administración del presidente Clinton discutimos el IVA y lo desechamos porque es una medida que afecta más a la clase trabajadora'', dijo.
Agregó que el fenómeno de la globalización ha resultado en que los sectores de la población con mayores ingresos se han beneficiado en mayor medida, y los que tienen menor nivel de ingreso han obtenido pequeños o ningún beneficio.
''En este contexto no tiene sentido incrementar la tasa del IVA en alimentos y medicinas, pues tendría una carga mayor en individuos de menor ingreso, la política sería regresiva.
''Lo que debería estar promoviendo el FMI son los impuestos a los monopolios y oligopolios, que permitirían incrementar la eficiencia y la equidad en la distribución del ingreso. Este es un ejemplo de cómo el FMI propone políticas públicas que funcionarían hipotéticamente en todos los países, lo cual no es así''.
En cuanto a la reforma laboral y los peligros que entraña flexibilizar el mercado de trabajo, señaló que aunque desconoce las particularidades de la reforma a discusión, en su participación en la administración de Clinton se discutió la conveniencia de incrementar el salario mínimo a los trabajadores, otra de las políticas que el FMI rechaza.
''Nuestra investigación concluyó, sin lugar a dudas, en que un incremento pausado del salario mínimo no afectaría el mercado laboral ni crearía desempleo, y significaría cambios muy positivos en el nivel de ingresos de la clase trabajadora. Por supuesto que esto iba en contra de sus propios modelos económicos, que no son una descripción puntual de lo que es una economía. Pero la política pública que aplicamos tuvo un impacto positivo, incrementamos el salario mínimo y no se afectó el mercado laboral, aunque sí significó un aumento en el ingreso de los trabajadores.
''Uno de los elementos donde flexibilizamos el mercado laboral fue facilitar que los trabajadores se llevaran sus beneficios sociales como pensiones o seguro de gastos médicos de un trabajo a otro; otra medida fue incrementar la capacitación de los trabajadores, dos medidas que significaron el fortalecimiento del mercado laboral''.
La inversión privada no es una panacea
En cuanto a la posibilidad de que el capital privado pudiera entrar a ''reforzar'' a Petróleos Mexicanos, Stiglitz señaló que se tendrá que tomar muy en cuenta el proyecto de organización industrial.
''Se debe tener en cuenta que el objetivo primario de una empresa privada es obtener el petróleo y pagar por él la menor cantidad posible, por lo tanto hay un conflicto de intereses'', afirmó.
Subrayó que la inversión privada ''no es una panacea'', pues el FMI le ha atado las manos a la mayor parte de los países en vías de desarrollo, de tal manera que casi todas las privatizaciones ya están preparadas.
El fracaso globalizador
Fundador del diario The Journal of Economic y autor de libros de referencia en economía traducidos a 35 idiomas, Stiglitz no tiene piedad con el modelo globalizador que ha causado problemas cada vez más graves en la equidad del reparto de la riqueza.
''Uno de los mecanismos para promover un cambio en la manera en que la globalización funciona es democratizando los procesos de negociación de tratados, de comercio y de derechos de propiedad. Es importante democratizar los mercados de deuda.
''Los tratados de libre comercio son malos para los países en vías de desarrollo, porque afectan un principio fundamental en la construcción del comercio internacional en los últimos 50 años, que es el principio de no discriminación'', dijo.
Por ello, el resultado actual es que hay dos bloques de países: unos, los que sí tienen tratados, y otros que no tienen tratados entre sí, lo que fomenta la confusión sobre el origen de los productos y afecta el libre comercio global.
''Esto es malo para los países en vías de desarrollo, porque son tratados libres pero sólo de nombre, no son justos. Un tratado de libre comercio efectivo sería muy fácil de describir: eliminar tarifas, restricciones, subsidios. En cambio, lo que tenemos son tratados de libre comercio construidos para afectar algunos sectores de la economía de países en vías de desarrollo y beneficiar a los países desarrollados. No son negociaciones.
''Un negociador me comentó alguna vez que no hay alternativa de negociación, porque o aceptan las condiciones que impone Estados Unidos o no hay tratado''.
(fuente:
http://www.jornada.unam.mx/2006/11/29/index.php?section=economia&article=032n1eco )